12 September 2006


Querido Amigo:

Como sabrás, las navidades es la fecha en que festejan mi nacimiento.
El año pasado hicieron una gran fiesta en mi honor y me da la impresión que este año ocurrirá lo mismo. A fin de cuentas llevan meses haciendo compras para la ocasión y casi todos los días han salido anuncios y avisos sobre lo poco que falta para que llegue. La verdad es que se pasan de la raya, pero es agradable saber que por lo menos un día del año, piensan en mí.
Ha transcurrido ya mucho tiempo cuando comprendían y agradecían de corazón lo mucho que hice por toda la humanidad.
Pero hoy en día, da la impresión de que la mayoría de la gente apenas si sabe por qué motivo se celebra mi cumpleaños. Por otra parte, me gusta que la gente se reúna y lo pase bien y me alegra sobre todo que los niños se diviertan tanto; pero aún así, creo que la mayor parte no sabe bien de qué se trata. ¿No te parece?
Como lo que sucedió, por ejemplo, el año pasado: al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta, pero ¿Puedes creer que ni siquiera me invitaron? ¡Imagínate!
¿Te imaginas que nadie advirtió siquiera mi presencia, ni se dieron cuenta de que yo estaba allí?
Estaban todos bebiendo, riendo y pasándolo en grande, cuando de pronto se presentó un hombre gordo vestido de rojo y barba blanca postiza, gritando:"¡jo, jo, jo!". Parecía que había bebido más de la cuenta, pero se las arregló para avanzar a tropezones entre los presentes, mientras todos los felicitaban.
Cuando se sentó en un gran sillón, todos los niños, emocionadísimos, se le acercaron corriendo y diciendo: ¡Santa Claus! ¡Cómo si él hubiese sido el homenajeado y toda la fiesta fuera en su honor!
Aguanté aquella "fiesta" hasta donde pude, pero al final tuve que irme.
Los niños todos se durmieron y el ambiente se tornó bastante pesado; ya que todos los adultos ya embriagados empezaron a hablar obscenidades y otras cosas terribles. Me levanté y salí por la puerta y casi no me sorprendió que nadie notara que me marchaba. Más tarde caminando por la calle, ¡me sentí solitario y triste como un perro abandonado!
Lo que más me asombra de cómo celebra la mayoría de la gente el día de mi cumpleaños es que en vez de hacer regalos a mí, se obsequian cosas unos a otros y para colmo, ¡casi siempre son objetos que ni siquiera les hacen falta! Te voy a hacer una pregunta: ¿A ti no te parecería extraño que al llegar tu cumpleaños todos tus amigos decidieran celebrarlo haciéndose regalos unos a otros y no te dieran nada a ti? ¡Pues es lo que me pasa a mí cada año!
Una vez alguien me dijo: "Es que tú no eres como los demás, a ti no se te ve nunca; ¿Cómo es posible que te vamos a hacer regalos?". Ya te imaginarás lo que le respondí. Yo siempre he dicho: "Pues regala comida y ropa a los pobres, ayuda a quienes lo necesiten. Ve a visitar a los huérfanos, enfermos y a los que estén en prisión!"
Le dije: "Escucha bien, todo lo que regales a tus semejantes para aliviar su necesidad, ¡Lo contaré como si me lo hubieras dado a mí personalmente!"
Muchas personas en esta época en vez de pensar en regalar, hacen bazares o ventas de garaje, donde venden hasta lo que ni te imaginas con el fin de recaudar hasta el último centavo para sus nuevas compras de Navidad.
Y pensar todo el bien y felicidad que podrían llevar a las colonias marginadas, a los asilos, casa de ancianos, cárceles o familiares de los presos.
Lamentablemente, cada año que pasa es peor. Llega mi cumpleaños y sólo piensan en las compras, las fiestas y en las vacaciones y yo no pinto para nada en todo esto. Además cada año los regalos de navidad, pinos y adornos son más sofisticados y más caros, se gastan verdaderas fortunas tratando con esto de impresionar a sus amistades.
De verdad que cómo han cambiado las cosas.
En fin, el propósito de mi carta es para decirte que ya no te afanes tanto en la preparación de mi cumpleaños.
Me agradaría muchísimo más nacer todos los días en el corazón de mis amigos y que me permitieran morar ahí para ayudarles cada día en todas sus dificultades, para que puedan palpar el gran amor que siento por todos; porque no sé si lo sepas, pero hace casi 2 mil años entregué mi vida para salvarte de la muerte y mostrarte el gran amor que te tengo.
Por eso lo que pido es que me dejes entrar en tu corazón.
Llevo años tratando de entrar, pero hasta hoy no me has dejado.
"Mira yo estoy llamando a la puerta, si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos".
Confía en mí, abandónate en mí, hazme el dueño de tu vida.
Este será el mejor regalo que me puedas dar.
Gracias, tu amigo Jesús.

2 comments:

Anonymous said...

anita!! me a gustado muxo ste post!parece q ya k se estan acabndo las vacaciones de verano stas pensando en las vacaciones de navidad!! jajaja, la verdad q este verano para mi a sido uno de los mejores! y me alegra un monton de aberte conocido..
weno xikiya! aora me toka a mi ir pa seviya!! jeje, spero k sea prontito..k tngo ganas de sali de fiesta payi! jiji
te mando un besote wapiii!! tkm!
muakss

**Sol**

Sugus said...

¡¡¡¡¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!!!!

Y para celebrarlo ¡me voy a la piscina! "Jou Jou Jou"

:P

(ji ji ji) Muaks!