¿Y por qué no es tu guerra más pujante contra el Tirano tiempo sanguinario; y contra el decaer no te aseguras mejores medios que mi rima estéril? En el cenit estás de horas risueñas. Los incultos jardines virginales darían para ti vivientes flores, a ti más semejantes que tu efigie. Tendrías vida nueva en vivos trazos, pues ni mi pluma inhábil ni el pincel harán que tu nobleza y tu hermosura ante los ojos de los hombres vivan. Si a ti mismo te entregas, quedarás por tu dulce destreza retratado.