una historia de amistad...

20 March 2006


AMOR DE AMIGO


Durante la segunda guerra mundial, un orfanato de misioneros, en una aldea vietnamita, fue acertado por varias bombas.
Los misioneros y dos niños murieron en el acto y muchos quedaron heridos, incluso una niña con ocho años.
A través de la radio de una aldea vecina, los habitantes buscaron socorro con los americanos. Un médico de la marina y una enfermera llegaron trayendo solamente maletines de primeros socorros.
Se dieron cuenta, en seguida, que el caso más grave era el de la niña. Si no tomasen una actitud inmediatamente ella moriría por pérdida de sangre. Había que hacerle, de forma urgente, una transfusión.
Salieron entonces a la búsqueda de un donante que tuviera el mismo tipo de sangre. Los americanos no tenían ese tipo de sangre, pero muchos huérfanos que no habían sido heridos podrían ser donantes.
El problema ahora era cómo pedir eso a los niños, pues el médico conocía apenas algunas palabras en vietnamita y la enfermera tenía pocas nociones de francés.
Usando una mezcla de las dos lenguas y mucha mímica, intentaron explicar a los asustados niños que, si no reponían la sangre perdida, la niña se moriría.
Preguntaron entonces si alguien quería donar sangre. La respuesta fue un silencio de ojos estupefactos.
Finalmente una mano se levantó tímidamente, se dejó caer y se levantó otra vez.


Ah, gracias - dijo la enfermera en francés. ¿Cómo te llamas?

El muchachito contestó en voz baja: Heng.

Pusieron a Heng rápidamente en la camilla, le frotaron alcohol en el brazo y le introdujeron una aguja hipodérmica en la vena.
Durante esos procedimientos, Heng se quedó callado e inmóvil.
Tras algunos minutos, dejó escapar un sollozo y se cubrió rápidamente la cara con la mano libre.

¿Te duele Heng? - preguntó el médico.

Heng movió la cabeza, pero al ratito se le escapó otro sollozo y una vez más intento disimular. El médico volvió a preguntarle si le dolía, él movió otra vez la cabeza, afirmando que no.
Pero los sollozos ocasionales terminaron convirtiéndose en un llanto declarado, silencioso, los ojos apretados, el puño en la boca para sofocar los sollozos.
El médico y la enfermera se quedaron preocupados. Algo, obviamente, estaba sucediendo.
En ese momento, llegó una enfermera vietnamita, enviada para ayudar. Al ver la aflicción del niño, le preguntó, escuchó la respuesta, y volvió a hablarle en voz tierna, tranquilizándolo.
Heng detuvo su llanto y miró sorprendido a la enfermera vietnamita. Ella confirmó con la cabeza y una expresión de alivio se reflejó en el rostro del niño.
Ella, les dijo entonces a los americanos:

- Él pensó que se estaba muriendo el mismo..... Entendió que ustedes pidieron toda su sangre para que se la diera a la niña y pudiera vivir....y que para eso el tendria que morir...

¿Y por qué él accedió? Preguntó el médico.

La enfermera vietnamita repitió la pregunta, y Heng contestó sencillamente:
“Ella es mi amiga.”

Aqui tenemos un gran ejemplo de amistad---Daria su vida por sus amigos...eso no es tan facil como parece...yo solo se que haria lo mismo que hizo ese niño si uno de mis amigos se estubiera mueriendo.....no podria ver a un amigo morir si se que en mis manos puede estar el salvarlo...

3 comments:

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